viernes, 11 de junio de 2010

NATURA!

Llega el dia 16 laralala
y comienza el campamento uau
nosotros los acampados laralala
estabamos muy contentos uau
era otro año mas laralara
con toda nuestra ilusion uau
estabamos muy nerviosos laralala
pero pronto llego el roce uau
conocimos monitores laralala
todos ellos muy cabrones uau
Uno de ellos era Jaime laralala
con su doble cabezon uau
que el pobrecito rexona le abandono
y olia siempre a sudor uau
por eso nos despertaba laralala
con el ala levantada uau
pero era buena gente laralala
un encanto de persona uau
que siempr enos ayudaba laralala
y nunca nos castigaba uaua
Otra era Naroa laralala
pequeña pero cabrona uau
concentrada como el fairi laralala
con tan solo una gota uau
a todos nos asustaba laralala
cons sus gritos y matanzas uau
ella nos callaba laralala
nos reiamos con ella uau
era la mejor de todas laralala
porque no habia otra uau
la queremos un monton laralala
porque es la mejor uau
El ultimo era Nando laralala
con su pelo erizado uau
asustaba a los enanos laralala
ellos salian llorando uau
Un dia nos giramos laralala
y lo vimos de mujer uau
estaba todo pintado laralala
y muy afeminado uau
era buena gente a manta laralala
como uno de nosotros uau
tenia 19 años laralala
por eso nos entendia uau
en el fondo los queremos laralala
los echaremos de menos uau
No solo hay monitores laralala
tambien hay acampados uau
todos una gran familia laralala
estamos entrelazados uau
tenemos un club nocturno laralala
era el murgaños club uau
si te quieres apuntar laralala
esta noche ya podras uau
es solo para mayores laralala
queremos intimidad uau
muchas parejas formadas laralala
entre indios e ingleses uau
Vivimos 1000 aventuras laralala
en Natura 2000 uau
Infinitas risas han caido laralala
siempre las recordaremos uau
muchas lagrimas habia laralala
sensaciones en momentos uau
campamento 2009 laralala
siempre lo recordaremos uau
recordad el campamento laralala
como algo inolvidable uau
que nosotras si lo haremos laralala
y eso es lo mas importante uau
y aqui se acaba todo laralala
ahora todos lloraremos uau
pero no nos preocupamos laralala
porque todos volveremos uau.

(L)

LOS MAYORES LOS MEJORES
PEQUEÑOS Y MEDIANOS NOS LA AGARRAN CON LA MANO.

jueves, 10 de junio de 2010

CARPE DIEM


Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como buscador. Un buscador es alguien que busca. No necesariamente es alguien que encuentra. Tampoco es alguien que sabe lo que está buscando. Es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda.

Un día nuestro Buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos, divisó Kammir a lo lejos, pero un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. Estaba rodeaba por completo por una especie de valla pequeña de madera lustrada, y una portezuela de bronce lo invitaba a entrarDruida en el bosque, de Jonathon Earl Bowser. De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar.

El Buscador traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como por azar entre los árboles. Dejó que sus ojos, que eran los de un buscador, pasearan por el lugar... y quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción. “Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días”. Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra. Era una lápida, y sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar…

Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado también tenía una inscripción. Al acercarse a leerla, descifró: “Lamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas”. El buscador se sintió terriblemente conmocionado. Este hermoso lugar era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar.

El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.

- No, ningún familiar – dijo el buscador - Pero... ¿qué pasa con este pueblo? ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo ha obligado a construir un cementerio de niños?

El anciano cuidador sonrió y dijo:

"Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré... Cuando un joven cumple quince años, sus padres le regalan una libreta, como ésta que tengo aquí, colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de entonces, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abra la libreta y anote en ella: a la izquierda, qué fue lo disfrutado…, a la derecha, cuanto tiempo duró ese gozo. ¿Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla? ¿Una semana, dos? ¿tres semanas y media? Y después… la emoción del primer beso, ¿cuánto duró? ¿El minuto y medio del beso? ¿Dos días? ¿Una semana?

¿Y el embarazo o el nacimiento del primer hijo? ¿y el casamiento de los amigos? ¿y el viaje más deseado? ¿y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano? ¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones? ¿horas? ¿días?…

Así vamos anotando en la libreta cada momento, cada gozo, cada sentimiento pleno e intenso... y cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ése es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido."

Jorge Bucay.

martes, 1 de junio de 2010

Te quiero


Tenemos tanta felicidad acumulada,
que cuando algo se estropea...seguimos siendo felices,con altibajos pero iguales,nosotras mismas.
Así es como la gente es especial.

lunes, 31 de mayo de 2010




¿Sabes cuál es el error en el que siempre incurrimos? El de creer que la vida es inmutable, que una vez metidos en unos raíles hemos de recorrerlos hasta el final. En cambio, el destino tiene mucha más fantasía que nosotros. Justamente cuando crees encontrarte en una situación que no tiene escapatoria , cuando llegas al ápice de la desesperación, con la velocidad de una ráfaga de viento cambia todo, queda patas arriba, y de un momento a otro te encuentras viviendo una nueva vida.

domingo, 30 de mayo de 2010

DESTINO: ISLANDIA


Vale la pena el esfuerzo si tiene una recompensa tan bonita.
¿Sabes cuál es el error en el que siempre incurrimos? El de creer que la vida es inmutable, que una vez metidos en unos raíles hemos de recorrerlos hasta el final. En cambio, el destino tiene mucha más fantasía que nosotros. Justamente cuando crees encontrarte en una situación que no tiene escapatoria , cuando llegas al ápice de la desesperación, con la velocidad de una ráfaga de viento cambia todo, queda patas arriba, y de un momento a otro te encuentras viviendo una nueva vida.

viernes, 28 de mayo de 2010

Tengo ganas de ti.


Hay canciones que nos hacen querer bailar, canciones que hacen que queramos cantar a coro, pero las mejores canciones son las que nos devuelven al momento en que las esuchaste por primera vez y, de nuevo, rompen tu corazón.

martes, 25 de mayo de 2010

Gracias pequeña


De qué te vas a quejar, si lo perdiste es porque un día lo tuviste. No quieras cambiar eso. Porque tuviste suerte, mucha suerte, y si tu caída fue brutal, si te hiciste tanto daño, fue porque cuando te estrellaste contra el suelo venías de muy arriba. De muy, muy arriba.

lunes, 24 de mayo de 2010

Moriré de ganas de decirtelo.


Antes que nada, perdona si huele un poco a cerrado, hacía mucho tiempo que nadie se alojaba aquí, y menos aún con la intención de quedarse. Ábreme bien de puertas y ventanas. Que corra el aire, que entre tu luz, que pinten algo los colores, que a este azul se le suba el rojo, que hoy nos vamos a poner moraos.
Y hablando de ponerse, vete poniendo cómoda, que estás en tu casa. Yo, por mi parte, lo he dejado todo dispuesto para que no quieras mudarte ya más.
Puedes dejar tus cosas aquí, entre los años que te busqué y los que te pienso seguir encontrando. Los primeros están llenos de errores, los segundos, teñidos de ganas de no equivocarme otra vez.
El espacio es tan acogedor como me permite mi honestidad. Ni muy pequeño como para sentirse incómodo, ni demasiado grande como para meter mentiras.
Mis recuerdos, los dejé todos esparcidos por ahí, en cajas de zapatos gastados y cansados de merodear por vidas ajenas. No pises aún, que está fregado con lágrimas recientes, y podrías resbalar. Yo te aviso.

El interruptor general de corriente está conectado a cada una de tus sonrisas. Intenta administrarlas bien y no reírte demasiado a carcajadas, no vayas a fundirlo de sopetón.
No sé si te lo había comentado antes, pero la estufa la pones tú.
Y hablando del tema, he intentado que la temperatura del agua siempre estuviera a tu gusto, pero si de vez en cuando notas un jarro de agua fría, eso es que se me ha ido la mano con el calentador. Sal y vuelve a entrar pasados unos minutos. Discúlpame si es la única solución, es lo que tenemos los de la vieja escuela, que a estas alturas ya no nos fabrican ni los recambios.
Tampoco acaba de funcionarme bien la lavadora. Hay cosas del pasado que necesitarán más de un lavado, es inevitable. Y hay cosas del futuro que, como es normal, se acabarán gastando de tanto lavarlas.
La recomendación, ensuciarse a su ritmo y en su grado justo. Eso sí, no te preocupes por lo que pase con las sábanas, que las mías lo aguantan todo.

Para a acabar, te he deja do un baño de princesa, una cama de bella durmiente, un sofá de puta de lujo y algo de pollo hecho en la nevera. Para que los disfrutes a tu gusto, eso sí, siempre que sigas reservando el derecho de admisión.
Aquí no vienes a rendir cuentas, sino a rendirte tú. Aquí no vienes a competir con nadie, sino a compartirte a mí. Y lo de dar explicaciones, déjalo para el señor Stevenson.
El resto, no sé, supongo que está todo por hacer. Encontrarás que sobra algún tabique emocional, que falta alguna neurona por amueblar, y que echas de menos, sobre todo al principio, alguna reforma en fachada y estructura.

Dime que tienes toda la vida, y voy pidiendo presupuestos.
Dime que intentaremos toda una vida e iré encofrando mis nunca más.